A menudo nos encontramos con estudiantes que se ven frustrados ante los exámenes, que viven las evaluaciones como situaciones realmente amenazantes a las que les cuesta hacer frente o lo hacen con un notable estado de ansiedad. En esas circunstancias es difícil tener un rendimiento satisfactorio además del malestar emocional y físico que supone.
Uno de los motivos por los cuales se ve afectado el rendimiento es la deficiente o inexistente aplicación de técnicas de estudio específicas o bien desarrolladas.
¿Sabías que la mayoría de los estudiantes aprenden de forma repetitiva y de memoria?
Eso significa que, a pesar de emplear largas horas de estudio, los resultados no son los esperados ya que resultan ser horas improductivas, minando la motivación y afectando a la autoestima y a la autoconfianza.
Por todo ello es importante aplicar las estrategias de estudio adecuadas a cada estudiante; éstas nos permitirán entre otras cosas, simplificar los contenidos, optimizar el tiempo de estudio, sentir sensación de control, obtener buenos resultados y mantener así una buena motivación hacia el aprendizaje.
Y… ¿qué son realmente las técnicas de estudio?
Llamamos así a las herramientas concretas de trabajo que se ponen en marcha para aprender alguna materia, la forma en que hemos aprendido a aprender. Atendiendo a todas las variables que están implicadas en el proceso y trabajándolas de la forma más efectiva (el ambiente de trabajo, la organización de los temas, las estrategias de comprensión y memorización, la gestión del tiempo, el estilo de vida, las emociones implicadas, etc).
Existen claras diferencias entre alumnos o estudiantes de diferentes grados, edades y cursos. Por eso debemos adaptar esas técnicas según estemos frente a estudiantes de ESO, Bachillerato, Universidad, etc.
¿Qué vamos a conseguir incluyendo técnicas de estudio?
Incorporando técnicas de estudio en el proceso de aprendizaje vamos a conseguir definir y establecer objetivos concretos, tener una visión clara y organizada del trabajo, adquirir los recursos y estrategias necesarios para una correcta comprensión y memorización y por tanto un mejor aprendizaje. También lograremos gestionar el tiempo de una manera más eficaz y productiva y fomentar la motivación y una actitud positiva ante el estudio, llegando a alcanzar los resultados deseados educativamente, y tener un mayor control del proceso emocional implicado.
¿Sabías que ganarás seguridad y confianza, te sentirás más motivado, tendrás más tiempo libre, sentirás mayor control y mantendrás a raya tu ansiedad?
Por todo ello es importante conocer los hábitos y las estrategias que llevamos a cabo y cuál es su eficacia, identificar los factores que están interfiriendo en el estudio y entrenar específicamente las actuaciones potenciadoras del aprendizaje por medio de técnicas de estudio eficaces. No a todo el mundo le sirven las mismas estrategias, pero lo cierto es que, si conseguimos implementar aprendizajes significativos y comprensivos en lugar de repetitivos y de memoria, los resultados serán mucho más favorables, aumentando a su vez la actitud positiva y la confianza ante los estudios y disminuyendo la ansiedad que se genera al enfrentarnos a esta situación.
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Un aporte muy interesante. Muchas gracias por la información. Saludos.
Pasos muy importantes para nuestro aprendizaje. Saludos
Hola Cayetana, totalmente de acuerdo, si creamos una rutina con sencillos pasos aprovecharemos mejor nuestro estudio. ¡Saludos y gracias por comentar!
Muy bueno el Articulo, con muchos fundamentos interesantes, muchas gracias.
Muchas gracias Griselda, ¡qué importante es incluir técnicas de estudio en nuestras rutinas! Gracias por comentar.