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Seguimos desmontando algunos mitos sobre la tecnología en niños.



Hace unos 50 años aproximadamente en Estados Unidos los niños tenían su primera exposición a las pantallas sobre los 4 años. En la actualidad esto ha cambiado mucho ya que hoy en día los bebés de 4 meses ya cuentan con algunos dispositivos en su entorno más cercano, como los smartphones o tablets, a los cuales se ven expuestos en menor o mayor medida.

En nuestro último artículo comenzamos a explicar algunas de las recomendaciones más comunes realizadas por los expertos en cuanto a las nuevas tecnologías en los niños. Se trató el tema de cuánto tiempo es el recomendable según la edad y dijimos que hasta los dos años no se recomienda la exposición a las pantallas y de 2 a 5 años el tiempo debería de ser de 1 hora como máximo.  Es importante saber que a partir de los 5 años hasta los 12 se recomienda que el uso esté entre una y dos horas como máximo y que es a partir de los 13 años cuando el tiempo se amplía hasta las 3 horas diarias.

Algunas otras recomendaciones importantes son las de que el uso de los diferentes dispositivos y su contenido debe estar siempre supervisado por el adulto, priorizando siempre el contenido educativo. También es recomendable establecer unas rutinas o lugares de uso y por supuesto que el adulto debe ser siempre el EJEMPLO.

A continuación, y basándonos en un artículo de la educadora Catherine L’Ecuyer que realiza para el informe elaborado por la UNESCO titulado, “Lectura Digital en la primera infancia”, seguiremos desmontando algunos de los mitos sobre tecnología en niños que carecen de base científica. En el artículo pasado mencionamos 3 de los mitos, a continuación expondremos tres más.

El mito 4 dice que la lectoescritura digital da mejores o iguales resultados que la lectoescritura en papel. En este caso es importante señalar que hay estudios que destacan que la escritura tradicional resulta clave para el aprendizaje de la lectura. También parece que los movimientos realizados por la mano permiten reconocer las letras mejor visualmente y también habría estudios que indicarían que también afecta positivamente en cuanto a la comprensión. Este es un debate abierto a día de hoy ya que también existen estudios que contradicen estos resultados.

El mito 5 hace referencia a que la tecnología no es buena ni mala, que depende del uso que se haga. En este caso la educadora defiende que la tecnología no puede ser neutra ya que tiene unos efectos y unos riesgos, y que los niños en la infancia se encuentran en una etapa crítica de su desarrollo. Mientras el niño o niña está delante de una pantalla, definitivamente se está perdiendo otro momento u otra actividad cotidiana que contribuye a su buen desarrollo como puede ser el juego, la lectura o la interacción con otros.

El mito 6 expone que la tecnología está aquí para quedarse de modo que es inútil retrasar su introducción. Por otro lado sabemos que los dispositivos actuales van mejorando día tras día, de manera que el dispositivo que ayer era de última generación pasado un tiempo relativamente corto deja de serlo. Esto hace que en el comprador se vaya creando la necesidad de adquirir el último modelo de ese dispositivo. Ante esta realidad la educadora expone que el uso de las nuevas tecnologías es un tema de salud pública y que sus consecuencias siempre llegarán más tarde que el uso del dispositivo como tal.

En el Centro de Psicología Gabriela Paoli compartimos esta idea de que el uso de las nuevas tecnologías y sus consecuencias es un tema que nos afecta a todos, en menor o mayor grado, y que por tanto está tratando temas de salud pública. Por este motivo creamos el Servicio de Salud Digital que lleva ya un tiempo en activo, realizamos charlas y talleres para prevenir y promocionar el uso responsable y además realizamos sesiones de asesoramiento con padres de manera puntual y en los casos más complejos se realiza una intervención con la persona y con su familia.

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