Es la gran pregunta a la que se enfrentan padres y madres. Su respuesta no deja de generar controversias dentro del núcleo familiar, sobre todo, porque cada vez es una cuestión que se trata en edades más tempranas de los hijos. La edad a la que nuestros jóvenes comienzan a tener móvil propio se adelanta año tras año. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), a partir de los 10 años, el hecho de tener un Smartphone se va incrementando de manera significativa. Tres de cada cuatro niños de 12 años tienen teléfono móvil, y la mitad de los niños con 11 años también lo tiene. A partir de los 13 años (86%) la tendencia se eleva hasta alcanzar el 93,9% en la población de 15 años. Sin embargo, pese a estos datos, la edad recomendada por la mayoría de expertos para que los niños tengan su primer móvil es a los 16 años. La salud digital es fundamental para su bienestar, por eso hoy vamos a analizar los factores que hay que tener en cuenta para saber cuándo es el mejor momento para que nuestros hijos tengan su primer móvil, siempre teniendo claro, que cada caso es diferente y requerirá un análisis personalizado. Hay que recordar que construir desde pequeños una relación saludable con los dispositivos es de vital importancia para evitar hagamos un uso excesivo de los móviles y no generemos una relación tóxica con ellos.
“Tres de cada cuatro niños de 12 años tienen teléfono móvil, a pesar de que todos los expertos recomiendan el primer móvil a partir de los 16”
Factores a tener en cuenta para que nuestros hijos tengan su primer móvil
Decisión meditada: no ceder a la presión.
Una de las técnicas que usarán nuestros hijos será poner al entorno de ejemplo: “¡es que todos mis amigos lo tienen!”. Es difícil, pero hay que intentar no sucumbir a la presión. Solo vosotros, las madres y padres, podéis saber si vuestro hijo está preparado para tener un móvil. Cada hijo es único, y, por tanto, cada caso es diferente y no podemos generalizar a la hora de dar una edad exacta para tener móvil. La decisión ha de pensarse entre los padres y tiene que ser algo meditado.
Pensar en los hijos.
Observar y analizar cómo es vuestro hijo os dará las claves para detectar su nivel de autonomía y responsabilidad. ¿Es autónomo a la hora de ponerse a estudiar o realizar sus tareas?, ¿cuida su material?, ¿qué notas tiene?, ¿es responsable y cuidadoso con sus hábitos de higiene y alimentación? Podéis observar si es ordenado, cuidadoso con su material, si le gusta leer o tiene hobbies saludables. Si uno de sus hobbies es jugar con ordenadores o videoconsolas tenéis que analizar si tiene una relación saludable con esos dispositivos. Esto os dará muchas pistas para detectar si es o no el momento adecuado para comprar su primer móvil.
Definir el propósito.
No solo los más pequeños presionan con mensajes del tipo “soy el único de mi clase que no tengo móvil”, también los padres se someten a una presión social que hacen que sean considerados mejores o peores padres si les dan o no un móvil a sus hijos. Por eso, es importante determinar el uso que le daremos al móvil. ¿Es tu hijo quién lo demanda?, ¿hay circunstancias familiares que precisen esa necesidad de localización o comunicación?, ¿sois vosotros los que queréis controlar a vuestro hijo? Hay que hacer este análisis con coherencia, pensando en el núcleo familiar y sin tener en cuenta las opiniones ajenas y presiones sociales.
Un reciente estudio de Xplora, compañía especializada en teléfonos smartwach, determinó algunas de las razones por las que los niños tuvieran móvil. El 73% de los padres y madres entrevistados destacó la tranquilidad de saber que puede hablar con él, mientras que un 46% señala que quiere saber dónde se encuentra el menor. Un 45% de los entrevistados asegura que necesita estar en contacto con su hijo por un motivo concreto. Además, la presión social es también una razón para un 22,8% y evitar que en niño se quede atrás tecnológicamente, para un 13,3%.
Iniciación: Prepararlos ante la llegada del móvil.
Es recomendable que seáis vosotros, padres y madres, quienes entreguéis el primer móvil a vuestro hijo. No hay que dejar esto en manos de familiares o amigos. Porque de los padres y madres será toda la responsabilidad de un uso correcto o incorrecto. Tenéis que conversar con vuestros hijos y que sepan la responsabilidad que adquieren teniendo un móvil. Han de conocer para qué sirve, cuáles son sus usos y de esta manera podemos acercarles poco a poco a la tecnología.
“Es necesario estar a su lado para que se inicien en el mundo digital de manera segura y saludable.”
Autonomía progresiva.
Igual que en la vida analógica les vais dando autonomía poco a poco, en la vida digital haremos exactamente lo mismo. Debemos estar a su lado para que se inicien en el mundo digital de manera segura y saludable. El niño tiene que tener claro que el móvil es suyo, pero no es privado, los padres son responsables legales y deben tener acceso al teléfono, a las contraseñas y a todas las aplicaciones, porque las responsabilidades del mal uso que haga de él van a repercutir en los padres. La tecnología ofrece controles parentales que podemos configurar para proteger a nuestros hijos.
Educar en tecnología.
Hoy en día educar es educar en tecnología, ya que es el mundo en el que los niños se mueven. Por eso es importante hablar de los valores que rigen en casa y hacerles reflexionar sobre temas como la privacidad, intimidad, respeto. Saber lo que publican en redes sociales y, por ejemplo, fijarnos y que ellos también se fijen, en el lenguaje que están usando, la imagen que están subiendo, las personas que hay involucradas etc. Siempre recomiendo no hablar de riesgos o peligros, sino de responsabilidad y respeto. Hay que intentar hablar siempre en positivo, porque los riesgos siempre llaman la atención a los más jóvenes.
Adecuado y seguro.
No recomiendo elegir el último modelo del mercado, seguramente ese móvil tenga funcionalidades que no sean necesarias. En el mercado hay muchos modelos adecuados a su edad. Y además estamos transmitiendo valores como esfuerzo, responsabilidad, humildad… Hay que pactar el tipo de contrato y controlar el consumo de datos. Conviene configurar con ellos el móvil para que sea un dispositivo seguro. Preguntar las aplicaciones que quiere tener y bajarlas e instalarlas juntos. Igual si va a abrir perfiles en redes sociales, teniendo en cuenta la edad legal para esta. Este es un buen argumento para reflexionar con ellos: si no es legal, no podemos hacerlo. También es importante marcar las prioridades del niño y que sea consciente de que primero está el deber y luego el placer.
Abrir la conversación: dialogar para conectar con ellos.
Tal vez muchos padres y madres no entiendan tanto de tecnología como sus hijos, pero eso no es motivo para temerla. Es necesario abrir la conversación con ellos en este tema, ya que forma parte del mundo que les rodea. Pregúntales qué les gusta ver o a quién les gusta seguir, leed sobre aquello que le interese, conversad y, sobre todo, hay que ayudarles a gestionar sus emociones sin prejuicios.
Modo avión en casa.
Y, como en todo, la base está en predicar con el ejemplo. Debemos preservar la salud digital de la familia, que existan momentos de desconexión digital en casa, fomentar los encuentros familiares y practicar el “modo avión”. Hay que pactar el uso del móvil en la mesa y crear unas normas de convivencias que tengan en cuenta este nuevo elemento en sus vidas. Herramientas como mi “Desconecta-BOX” nos ayudarán a conectar con las personas que tenemos al lado y desconectar del mundo digital.
“Es importante preservar la salud digital de la familia, que existan momentos de desconexión digital en casa”
¿Qué pasa si llego tarde? Una buena lección.
A menudo, muchos papás y mamás acuden a mí porque no introdujeron en la vida de sus hijos los móviles de la manera más recomendable. ¿Qué pueden hacer en estos casos?: lo primero es reconocer el error. Hablar con vuestro hijo y decirle que os habéis confundido y que hay que reconducir la situación y hacer una reunión familiar en el que cada uno exprese cómo se siente. Hay que recordar a nuestros hijos que el móvil no ha de ser una fuente de conflictos y discusiones, sino un aliado en el ocio y la comunicación. Si hay discusiones algo va mal y hay que llegar a acuerdos para reconducir la situación hacia el bienestar del hijo y de la familia. Es una buena ocasión para hablar en casa de valores tan importantes como la reflexión, la humildad y el saber pedir perdón y rectificar a tiempo.
CUANDO HABLAMOS DE LA EDUCACIÓN DE NUESTROS HIJOS, SIEMPRE ESTAMOS APRENDIENDO Y SOBRE TODO, NOS PODEMOS EQUIVOCAR.
Experta en Salud Digital Familiar
En definitiva, hay que tener en cuenta que los niños aprenden a pedir muy pronto, y que es deber de los padres, abstraerse de todo el ruido exterior y reflexionar de manera adecuada cuándo es el mejor momento para su hijo, y sobre todo, acompañarles en todo el proceso, deben ir de nuestra mano también en el mundo digital hasta que sintamos que están preparados para caminar solos. Si necesitáis asesoramiento, ayuda o tenéis cualquier duda a la hora de dar este paso, no dudes en escribirme.
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